Al diablo con los “boniteros” que quieren ver una corrida bonita en lugar de una corrida brava, con toros que peleen, que tengan sensación de peligro. Es un modismo que afecta sobremanera a la Fiesta, en su dignificación de lo que es en realidad. Al fin y al cabo, el toreo es un rito de vida y de muerte, en que debe morir el toro, pero debe pelear y poner en peligro al que lo lidia.
El maestro Rivera con una expresión de Pellicer Cámara, afirma: “Voy a los toros, y nunca voy a ver morir a un torero, pero si los toreros no pudieran morirse, tampoco iría a los toros”.
Nada, pues, de “corridas bonitas” ni de querer “toros bravos” saliendo de la ganadería. Queremos toros de verdad, íntegros, con todas las de la ley, y así, quizá, podamos llamarle “bonito” a un encierro, no a uno pequeño y cómodo.
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