Es el toro el fundamento de la tauromaquia; el único elemento con capacidad para emocionar y enganchar a nuevos aficionados. Y hasta que este axioma no sea aprehendido por los taurinos no habrá solución para la tauromaquia.
Todo lo demás son fruslerías que hoy vitorea el público accidental y mañana las abandona con el mismo entusiasmo.
Los taurinos (incluidos muchos escribidores que creen erróneamente que el periodismo taurino consiste en proteger la fiesta y ocultar sus defectos) prefieren apostar por la estética en perjuicio de la épica, por el animal penoso y moribundo, por el torito antes que el toro íntegro, por el torero bailarín en lugar del lidiador heroico y poderoso, y así nos va.
Antonio Lorca
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