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23 abril 2024

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Muchas orejas sin historia bañadas de triunfalismo

Tarde de orejas, si muchas, cubiertas por el manto engañoso de la benevolencia. Foto: Luis López

por: Jesús Ramírez «El Tato»

Fotos Luis López Aramacuto

Segunda de feria de San Sebastián
El triunfalismo tomó hoy la Monumental de Pueblo Nuevo. Si nos llevamos por la cantidad de orejas cortadas, -seis en total- diríamos que fué una corrida histórica, pero triunfos como los de hoy, no los puede recoger la historia porque no dejan huella y más bien pertenecen al mundo de lo imaginario.
Aplaudimos la presentación de los toros de «Los Aránguez», impecables en su morfología, con dos que destacaron por su acometividad noble, y otros complicados en mayor y menor grado, quedándose cortos, con la cara alta, ante una plaza con más de tres cuartos de aforo con un palco de autoridad que en vez de albos pañuelos, tenía un chorro abierto para las orejas.
José Garrido estuvo valeroso con el que abrió plaza en labor ganada por el oficio y la voluntad siendo aplaudido.  
En el cuarto de repetidas y claras embestidas, se centró el diestro hispano en buenos muletazos con ambas manos, bajo acordes musicales en larga faena que hizo sonar un aviso. Despachó de estocada y recibió una oreja.
Andrés Roca Rey vió estrellada su voluntad con su primer astado que le hizo honor a su nombre, problemático, que se paró y no tuvo un pase; lo despachó de efectivo espadazo.
En el quinto dejó el peruano variado repertorio en muletazos por alto, cambiados por la espalda, derechazos, naturales al buen toro que rompió a embestir y Roca Rey a torearlo con entrega. Cobró espadazo fulminante y recibió las dos orejas exhibidas con nutridos aplausos en la vuelta al ruedo.
Jesús Enrique Colombo numéricamente fué el triunfador al cortar las dos orejas del tercero de la tarde y una del sexto sin hilvanar faena ni acertar con las banderillas, solo destacar un par al violín. Ambas faenas sin planteamiento ni estructura, pero de algunos achuchones, pases de Semana Santa y otros agarrado a los cuartos traseros del astado. Su efectividad con la espada lo convirtió en triunfador con el apoyo desenfrenado del paisanaje.
Tarde de orejas, si muchas, cubiertas por el manto engañoso de la benevolencia.
Orden y profesionalismo en las cuadrillas con pares de banderillas arriba de Abraham Graterol, «Chico» Paredes y Carlos Pizzuto; y sobre las cabalgaduras Alfredo Guimerá y Luis Quintana y bregando José Linares, Gerson Guerrero y en la puntilla sin fallar Liecer Paredes.

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