Enrique Ponce  ha confirmado personalmente  a la prensa su debut en el apoderamiento para dirigir la carrera de David de Miranda.

 «Estoy muy ilusionado con este proyecto nuevo para mí. No es algo que tenía en mente, pero ha surgido así», confiesa. El acuerdo ha tenido lugar en Cetrina, la finca del diestro valenciano, este jueves 27 de noviembre, donde «hemos toreado un par de novillos los dos y hemos echado un rato fenomenal toreando y hablando del toreo», desvela.

Ponce explica cómo surgió este apoderamiento: «El año pasado lo vi varias tardes y me impactó, vi que tenía unas condiciones para ser figura del toreo, con personalidad, valor, firmeza, seguridad y pureza en su concepción del toreo. Me gustó. Mi banderillero Cándido Ruiz me habló muy bien de él, y todo surgió con naturalidad, hasta que hoy hemos oficializado el acuerdo».

Enrique, que como torero sabe lo que es profesar fidelidad a un apoderado, tiene muy claro la línea a seguir en su nueva faceta: «Lo primero que tiene que hacer un apoderado es defender los intereses de su torero al cien por cien, ver qué es lo mejor para él y si puedes aportar cosas como torero, pues mucho mejor. Esas son las bases fundamentales y en mi caso, el hecho de ser torero y haber vivido el toreo en estos últimos cuarenta años, me puede dar esa posibilidad de aportarle y enriquecerle como torero. Hay que mirar por él en todos los sentidos», expone.

Se le ve muy ilusionado, consciente de cuál es su papel: «Es muy importante hablarle de toros, porque a veces se tiene el concepto de que la función del apoderado solo es la de hacerle corridas al torero, y creo que un apoderado es mucho más que eso, al menos así lo he vivido yo. El apoderado tiene que hacer de mentor, de psicólogo a veces, de estar a su lado… y poder sacar de él lo mejor que tiene».

Ponce pretende potenciar todas las virtudes que adivina en el torero onubense para proyectar una carrera de figura del toreo: «David me ilusiona porque además de sus condiciones innatas, puede aportar mucho más porque todavía está por ver, tiene una progresión y no se le ve techo. Tiene bases importantes como son el valor y la personalidad, y ahora hay que ahondar en su toreo para sacar la clase de torero que lleva dentro», explica con una ilusión y felicidad evidentes.

El diestro de Chiva ya se ha puesto manos a la obra en su nueva faceta. No pierde el tiempo. «Ya estamos trabajando para poder hacer una temporada bonita. El año pasado fue una de las revelaciones de la temporada e impactó en tardes como Sevilla, Málaga, Linares, Almería… hacía tiempo que un torero no impacta de esa manera. Es un año muy ilusionante en el que se tiene que poner en valor la clase de torero que es y dónde puede llegar», concluye Ponce.