Año: 2025

El comentario de Mauricio Gutiérrez __________________________________ Cuando en una actividad artística se pretenden tapar las diversas falencias que aquejan su teleología a base de picarescas, debe ser un motivo de alarma inexorable. La fiesta de toros, por sí misma, resulta un espectáculo artístico, de hombres bizarros que tarde a tarde apuestan la vida y que, sobre todo, engrandece el espíritu de toreros y afición. Sin embargo, cuando quien dirige el futuro de la fiesta, se decanta por dar preferencia a los ornamentos y desdeña la materia prima, es decir, desprecia la bravura, todo se torna en un remedo de obra…