Crónica de Francisco Quirarte
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Guadalajara, Jalisco. Domingo 9 de Noviembre de 2025. Plaza de Toros El Nuevo Progreso. Vigésima primera corrida de la temporada 2025. Tarde soleada y con alrededor de un tercio de entrada, se lidiaron seis toros de la ganadería de Santa Fe del Campo, propiedad de Don Juan Diego Gutiérrez Cortina y José Miguel Gutiérrez Sainz, algunos cumplidores de presentación -el segundo pitado por su poca presencia- que resultaron en general nobles y con una aspiración de casta y exigua bravura.
Emilio de Justo: Al tercio y una oreja.
Juan Pablo Sánchez: Al tercio y silencio.
Sergio Flores: Al tercio y palmas.
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Detalles
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Orden de lidia -sorteo-
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En el primero de la tarde el varilarguero español José Antonio Barroso chorreó la vara en gran puyazo, por lo que recibió fuertes palmas.
Buen puyazo en el cuarto por parte de César Morales, por lo que fue fuertemente ovacionado.
Destacó en banderilleras Jorge Delijorge en el primero y por su buena brega en el cuarto.
A la autoridad se la pasó guardar un minuto de silencio por la muerte del padre del rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza acaecido este día.
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El Festejo
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Volvió después de casi cuatro años al Nuevo Progreso, el originario de Torrejoncillo, Cáceres, Emilio de Justo, quien tuvo una actuación por demás importante durante toda la tarde, en la que vino a ratificar su sitio de figura, a diferencia de muchos de sus coterráneos que sólo vienen a México prácticamente a vacacionar.
Cabe recordar que, Emilio, ha sido un torero incomprendido durante sus primeros años y gracias a Ludovic Lelong Luisito, pudo salir del letargo en el que se hallaba para beneplácito de la Fiesta. Para muestra un botón, este festejo interesante en el que ha escrito en el redondel tapatío dos faenas que dijeron mucho.
El primero de la tarde fue un burel que salió muy abanto y Emilio lo fue sujetando poco a poco en una brega eficaz y eficiente. En varas lució el piquero hispano José Antonio Barroso, ya que el toro se arrancó de lejos y chorreó la vara, aguantó la fuerte acometida y señaló el puyazo en todo lo alto, realizando una escena digna de un gran varilarguero. Jorge Delijorge clavó dos buenos pares de banderillas por lo que fue aplaudido.
Emilio comenzó su labor con la muleta con poderosos doblones, para arrancar los primeros olés de la tarde. Faena de series cortas por ambos lados, en la que poco a poco le fue encontrando la distancia al toro, el cual pasó con poca transmisión y con poca clase.
Dos series con la muleta en la mano diestra en el que con firmeza y poder pronto metió a la vereda al noble burel, aunque le faltó ajustarse más con el toro. Cambió la muleta a la mano izquierda en dos series en las que ligó y remató sus muletazos prácticamente sin enmendar, en naturales con evidente mérito, porque ahí, comenzó a embraguetarse con su oponente.
Volvió a torear con la diestra y después del segundo muletazo de la serie, tiró el simulado para torear en naturales con la figura muy vertical, con pureza, con sentimiento y con verdad.
Pronto se vino abajo el toro, esa falta de casta, por lo que se fue por el estoque y lo pasaportó de estocada trasera, ligeramente desprendida. El de Santa Fe del Campo tardó en doblar y necesitó de dos golpes con el descabello.
El público motivado y entusiasmado por lo visto, sacó al torero para recibir fuerte ovación en el tercio.
El cuarto de la tarde fue un toro de muy bonito tipo, un poco más rematado que el primero. Resultó noble pero le faltó mayor transmisión. Emilio lanceó por sedeñas verónicas, con temple y empaque, para recortar con gran media a pies juntos, por lo que se escuchó gran ovación.
Emilio llevó al toro por chicuelinas al paso a la jurisdicción del picador César Morales, quien consumó un gran puyazo en lo alto y aguantó la violenta embestida del burel; se llevó gran ovación. En el tercio de banderillas cumplió el español Abraham Neiro El Algabeño con dos aceptables pares. Lució en la brega Jorge Delijorge.
Emilio brindó a todo el público, el prólogo de su faena fue nuevamente por alto para después llevárselo a los medios en donde comenzó a crear, con su personal interpretación, la obra artística, llena de momentos luminosos que fueron consecuencia del poder del sentimiento, del mágico temple y de la pureza en los trazos que hipnotiza al público.
En la faena hubo orden, arquitectura, personalidad y sentimiento. En ser auténtico está el secreto de la personalidad, hacer las cosas como se sienten y así lo hizo Emilio.
Es cierto, fueron series de tres y el remate, sin embargo, lo que realizó con la muleta en ambas manos, tuvo verdad, clasicismo y pureza. Desde la tercera serie, toreó sin el ayudado, en naturales por ambos pitones, ajustados, vertical la figura, gustándose mucho, desmayando los brazos y con ese mágico juego de muñecas que condujeron al prodigio de la ligazón, rematando con enormes pases de pecho.
¡Faena para gustos exquisitos!
Se fue por derecho y cobró una estocada entera, ligeramente tendida que pronto hizo efecto. Fuerte petición y el señor juez otorgó, correctamente, una oreja de ley.
El toro se llevó palmas en el arrastre y Emilio dio una aclamada vuelta al redondel con el apéndice, gozando el momento.
¡Bien de verdad Emilio!
Salió en segundo lugar para Juan Pablo Sánchez, un toro que fue pitado por su poca presencia, por lo que las verónicas que realizó Juan Pablo, no fueron valoradas por la afición que pedía se devolviera al burel a los corrales. El juez Sahagún, bajó la cerviz.
En varas estuvo decoroso Martín Carrillo –hijo- con un aceptable puyazo. Nada digno que consignar en el tercio de banderillas.
Comenzó Juan Pablo con muletazos de tanteo en el tercio a un toro sin celo, con una casta exigua, que siguió la muleta rebrincando, sin trasmisión y con la cara alta.
Labor de mérito en la que el temple jugó un papel primordial, acopló pronto las embestidas del burel y lo llevó cosido a su muleta, despacio, dominado, en trazos con ambas manos.
El toro pronto se vio impedido de acudir, por lo que Juan Pablo acortó las distancias, se metió en los terrenos del toro, logrando series largas, consintiendo las embestidas de su oponente. Sin embargo, escuchó algunas muestras de descontento por que no siempre se ajustó y echó al toro hacia afuera.
Ofició con el estoque dejando media estocada trasera y ligeramente caída, pronto dobló el toro y al finalizar su trasteo, fue llamado a saludar en el tercio.
Al quinto de la tarde -un toro muy frío de salida y con un poco más de presencia que el resto de sus hermanos- Juan Pablo lo recibió con suaves y templadas verónicas. En varas, el toro recibió dos puyazos en un solo encuentro, por parte de Salomón Azpeitia. Mal Diego Martínez y Luis Alcántar en el tercio de banderillas, rejoneando descaradamente sin que del palco de la autoridad se escuchara algún bocinazo para poner orden.
El despistado juez de plaza.
Juan Pablo brindó a todo el público, comenzó en el tercio y se llevó al toro hacia los medios en muletazos con mucha torería. Dos series con la diestra en trazos con mucho temple, largos y lentos, ligando y rematando con generosos pases de pecho.
Con la muleta en la mano izquierda, solo una serie, pecando de poco ajuste. Volvió a la diestra y sólo dos cortas series ya que comenzó a desfondarse y a rajarse el burel.
La falta de bravura y una casi inexistente casta.
Intentos en vano y a oficiar con los aceros. Pinchazo, media estocada caída, tres cuartos de espada y se echó el toro. El puntillero lo levantó y Juan Pablo acertó al primer golpe con el descabello.
Se retiró hacia las barreras con un silencio sepulcral.
Sergio Flores se enfrentó en tercer lugar a un toro descastado, al cual con el capote solo lo bregó. El burel al sentir el puyazo por parte de Daniel Morales se escupió de la reunión y salió huyendo; lo volvieron a llevar al caballo y Daniel dejó el puyazo muy trasero. Tercio de banderillas mediocre.
Sergio no brindó su faena la cual comenzó en el tercio con doblones para ahormar la embestida descompuesta del burel. Los primeros compases de la faena fueron por el lado derecho, poco a poco fue metiendo en vereda al toro en series largas con templados muletazos, cambios de mano y remates con largos pases de pecho que gustaron.
Con la muleta en la mano izquierda, el toro pasó con la cara y medias embestidas, por lo que pronto cambió a la mano derecha y logró trazos de mucho mérito. El burel comenzó a rajarse y Sergio lo lidió por la cara de manera muy eficaz.
Mató de estocada casi entera y trasera, que reventó al toro y cayó sin puntilla. Salió al tercio a recibir la ovación de la afición.
Su segundo fue otro toro que salió muy abanto, cuando logró sujetarlo, le instrumentó mecidas y tersas verónicas, recortó con una enorme media a pies juntos, digna de una pintura.
En varas, Jorge Morales cumplió con aceptable puyazo. En banderillas un buen par de Diego Martínez.
Brindó a toda la concurrencia y se llevó al toro a los medios. De inmediato se quitó las zapatillas, sin motivo alguno, mala maña. Se imaginan que un Obispo cuando oficia el rito se quitara las sandalias del pescador.
Comenzó con la muleta en la mano diestra en series de trazos largos y con temple, en ocasiones demasiado despatarrado lo que descompone el conjunto escultórico y puede vulgarizarlo.
Con la zurda hubo naturales con mérito, lentamente lo fue metiendo en su poderosa muleta hasta conseguir muletazos largos, aderezados con cambios de mano y rematados con generosos pases de pecho.
Volvió a la diestra y pudo realizar dos series prácticamente a cámara lenta, muy templados, dándoles mucha hondura y dimensión. Cómo se gustó Sergio.
Se comenzó a parar el toro, por lo que cerró su trasteo con ajustadas manoletinas. Finiquitó al toro de pinchazo y estocada casi entera, por lo que fue despedido con fuertes palmas al final de su faena.
Señores ganaderos de Santa Fe del Campo, recuperar la casta y la bravura estará en sus conciencias, sobretodo, cuando en los empadres vigilen que así ocurra.
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Domingo 23 de Noviembre
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La temporada se reanudará hasta el domingo 23 de Noviembre con la vigésima segunda corrida de la temporada 2025, en la que actuarán Diego Silveti, Juan Ortega y Diego San Román, quienes enfrentarán un encierro de la ganadería de Los Encinos del Notario Eduardo Martínez Urquidi.
Cartel que ha generado expectación.
Por delante irá Diego Silveti, vuelve Juan Ortega, torero muy del gusto de la afición tapatía y cierra la tercia Diego San Román, quien viene por su cuarta actuación en la temporada y es el máximo triunfador hasta el momento.
Ya les comentaremos.
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