
Foto: Álvaro Pastor Torres
Ganó la final el novillero de Ayamonte Carlos Tirado, muy nuevo en este oficio, pero con un maestro que le enseñará muchas cosas, como es el caso de Luis Vilches. Ganó en el marcador con claridad, aunque por toreo estuvo todo más reñido con la faena al quinto de Martín Morilla, que quizás fue la de mayor calado de la tarde.
Se lidió una novillada de José Luis Pereda con muy pobre presentación. Atención a la empresa y la autoridad. Luego ocurre que estos novilleros van a otras plazas, ya no digamos ni Madrid, y se encuentran con reses de mayor trapío. El cuarto y el quinto no daban la talla mínima para salir a la Maestranza. Esta, como tantas otras, es una batalla perdida. Tampoco el juego ha sido muy brillante. Fue noble el primero, sacó cierta clase el quinto y algo de casta el sexto, pero predominó la mansedumbre y la poca calidad.
Los tres aspirantes conformaban un cartel con dos debutantes, Cid de María y el citado Carlos Tirado. Los acompañó quien ya sabe lo que es triunfar en Sevilla, Martín Morilla, que está anunciado en otra novillada de las nocturnas de junio.
Cid de María comenzó con mucho gas y acabó descorazonado con el manso cuarto. Con el que abrió plaza estuvo animoso con el capote. El novillo desarrolló nobleza, este chaval castellano le dio muchos pases, pero todo sucedió sin transmisión, lleno de una frialdad que contrastaba con el calor ambiental. El cuarto fue un manso descarado, escaso de trapío, de indecorosas defensas, con el que hizo un esfuerzo sin productividad. Lo cogió sin más consecuencias en un quite. No pasó nada.
El segundo fue un novillo desclasado, si por ello se entiende que salía con la cara alta de los embroques, de forma que el lucimiento era casi imposible. De salida, el de Pereda se dio una costalada que mermó sus ansias de embestir. Motilla estuvo brillante en los delantales y le dio media verónica en el remate de calidad absoluta. Planteó su faena por el pitón izquierdo con el problema de desplazar mucho la embestida del burel. Con ello, más la salida poco airosa del animal de los muletazos, la faena no tomó vuelo. Mató mal. En la segunda entrada, tras dejar un pinchazo sufrió una voltereta aparatosa. Se libró de milagro.
Para el torero de Morón cambió la decoración en el quinto. Fue espléndida su forma de torear a la verónica. Se lo brindó al cirujano doctor García Perla, que le ha atendido por una fractura de pómulo. Comenzó con ayudados a media altura. Las dos tandas con la derecha no fueron bien rematadas, pero todo tomó otra dimensión en una tanda de naturales profundos y templados. Otra con la derecha fue de un preciosismo brillante. Y así continuó en una faena algo larga, en la que de nuevo el toreo al natural fue sobresaliente. El colofón fueron unas manoletinas, antes de dejar una estocada atravesada. El descabello final dejó una faena de premio en una aclamada vuelta al ruedo.
El ayamontino Carlos Tirado es un torero en agraz. Se le ve todavía muy verde, pero es un torero sincero. El tercero persiguió y cogió al banderillero Raúl Francisco Martín, que de forma increíble solo resultó herido en la frente. El novillo no tenía clase, pero Tirado lo toreó con ganas por la derecha en cuatro tandas y dos por la izquierda, muy aclamadas por sus partidarios y paisanos, llenas de la mejor voluntad. Mató mal de media muy atravesada y un descabello y paseó una oreja, gracias a la petición de sus paisanos.
La oreja del sexto fue ganada en buena lid tras una faena al mejor novillo de la suelta. Encastado y con movilidad, permitió relajarse al chaval que en tandas por ambos pitones pudo templar y hacer las cosas mucho más despacio y rematar las tandas con trincherillas de bella factura. El novillero parecía transformado, crecido, muy distinto al del novillo anterior. Lo mató de una estocada de efecto tardío y la oreja fue de justicia. De forma algo exagerada se le pidió un segundo trofeo. Si Luis Vilches sigue puliendo sus formas, Tirado puede convertirse en una bonita realidad para su tierra onubense.
Al final del festejo, el jurado dictaminó que el ganador era Carlos Tirado; segundo, Martín Morilla, y tercero, Cid de María. El consejero le entregó las originales y extrañas estatuillas creadas para la ocasión.
Plaza de toros de Sevilla, 25 de mayo de 2025. Novillada de abono. Final de las Novilladas del Circuito de Andalucía. Media plaza. Seis novillos de José Luis Pereda. Desiguales de presencia -cuarto y quinto, muy chicos – de juego variado con la casta del sexto y la nobleza como mejores datos entre abundante mansedumbre.
Cid de María, de turquesa y oro. Dos pinchazos, estocada que asoma y descabello. (silencio tras aviso). En el cuarto, pinchazo y estocada tendida (silencio).
Martín Morilla, de lila y oro. Dos pinchazos y media atravesada (silencio). En el quinto, estocada atravesada y descabello (vuelta al ruedo tras aviso).
Carlos Tirado, de verde botella y oro. Media estocada travesada y descabello (una oreja). En el sexto, estocada (una oreja tras aviso).
Saludó en banderillas del tercero Raúl Francisco Martín, que fue atendido en la enfermería de una herida frontal y una contusión en parrilla costal, de pronóstico leve. Carlos Tirado fue proclamado triunfador del Circuito; Martín Morilla, segundo, y Cid de María, tercero. Tirado salió a hombros por la puerta principal. Cid de María y Carlos Tirado debutaron con picadores en Sevilla.