Romance de Iván Fandiño
Por tierras de vascongadas
nació torero sin miedo,
no heredó cuna ni espada,
pero sí valor entero.
Sin alarde ni mentira,
ganó honra en los ruedos fieros,
y miró cara a la muerte
como sólo hacen los buenos.
Fue en tarde de sol callado,
en Francia, ruedo extranjero,
donde un toro lo llevó
al panteón de los eternos.
No cayó como caen tantos,
por azar o por dinero,
cayó en lucha verdadera…
¡Eso lo alza hasta los cielos!
Que lo canten los que saben
de la gloria y del acero:
Iván Fandiño, torero,
murió por honra del toreo.