La noticia de la tercera novillada de promoción fue la buena entrada. En el ambiente, los paisanos de Manuel Domínguez se hicieron notar desde el mismo paseíllo. Lo que es una buena noticia, a la postre tiene también su lado negativo, cuando pidieron de forma desaforada un trofeo para el chaval de Mairena del Alcor, que no había podido estar bien en su turno. Esa petición, que podría ser mayoritaria, no fue atendida por la presidenta, Macarena de Pablo Romero, que se mantuvo firme en un alarde de coherencia, algo de lo que podrían tomar nota sus compañeros del palco sevillano.
La novillada de Las Monjas se tapó por sus buidos pitones. Novillos astifinos, con la presentación habitual en estos festejos, pero que llamaron la atención por el detalle de sus defensas intactas. Que así debería ser siempre; al menos en la Real Maestranza. En cuanto su juego, mansedumbre, informalidad, dos mejores: cuarto y quinto, y uno casi imposible, el tercero. Balance, por tanto, negativo.
El novillero de Algeciras de nombre El Gali lidió un novillo muy informal, al que le dio muchos pases sin lograr conectar con el tendido, en parte porque se lo pasó muy lejos, en parte porque su estilo no está definido. Lo mejor llegó en dos tandas de naturales de mejor contenido.
Agustín de Antonio no se lució con el capote. Comenzó animoso de rodillas y continuó dándole sitio por la izquierda, por donde consiguió muletazos de buen corte. Alargó la faena y recurrió a las manoseadas bernadinas para acabar. En la segunda entrada para matar fue prendido y pasó a la enfermería. El novillo fue rematado por El Gali.
Mala suerte para Jaime Padilla con un novillo de muy mal estilo por manso y descompuesto. Su tenacidad no fue suficiente para imponerse.
El rondeño Manuel Díaz, de la Escuela de La Algaba, se fue a portagayola – más bien al centro del ruedo – para recibir al cuarto. Se enfrentó a un novillo codicioso que no le puso las cosas fáciles. Así hubo muchos enganchones y algún desarme. De postre, las manoletinas.
Julio Aparicio, de la familia torera del mismo nombre se lució en un quite a la verónica en el cuarto. Tiene una acusada personalidad basada en la elegancia, de tal forma que en algunos momentos recuerda a Julito Aparicio, que es su tío. Esa forma de torear muy vertical y relajado, la expresión en su quehacer, todo ello caló en el tendido, que cuando mató de una estocada algo delantera le premió con una oreja.
El muy esperado Manuel Domínguez, con apenas dieciséis años, tiene ya tablas y desparpajo. Paró bien con el capote a su eral con lances rodilla en tierra y luego a la verónica. Ante un novillo rebrincado, Domínguez la dejó colocada para ligar las primeras tandas con la derecha. Al conjunto le faltó acoplamiento, o le sobraron nervios al torero. El novillo acabó rajado, hubo algunos enganchones y lo mató con poco acierto. A pesar de ello, los paisanos que había acudido a premiarlo pidieron la oreja, que el palco de forma muy acertada no concedió. Domínguez mantiene sus constantes: desparpajo, oficio y donaire. Ayer le sobraron algunos nervios y no tuvo mucha suerte con su novillo.
El jurado tomó una decisión salomónica y eligió a cuatro novilleros para la final. Estaba muy claro que Bombita y Aparicio tenían sitio. Sorprendió el albacetense Alejandro González, cuya inclusión sin trofeos ni vuelta al ruedo justificaba la de Domínguez, que es una garantía de asistencia masiva en la final.
Plaza de toros de Sevilla, 17 de julio de 2025. Tercera novillada de promoción. Más de media plaza. Seis erales de Las Monjas, correctos de presencia y juego variado con predominio de la mansedumbre. El tercero, muy complicado. Los mejores, cuarto y quinto.
El Gali, de celeste y oro. Dos pinchazos y estocada perpendicular (silencio tras aviso).
Agustín de Antonio, de berenjena y oro. Dos pinchazos y herido. (silencio).
Javier Padilla, de blanco y plata. Estocada trasera y tendida y cinco descabellos (silencio tras aviso).
Manuel Díaz, de tabaco y oro. Dos pinchazos y estocada baja (saludos tras aviso).
Julio Aparicio, de turquesa y oro. Estocada algo delantera (una oreja).
Manuel Domínguez, de marfil y oro. Pinchazo y media atravesada (vuelta al ruedo tras aviso).
Saludó en las banderillas del sexto Jesús Robledo Tito. Agustín de Antonio fue atendido en la enfermería de varetazo corrido en cara posterior muslo izquierdo que se extiende hasta la raíz del muslo. Contusión sobre gemelo derecho y pómulo derecho. Pronóstico: leve. Padilla le brindó su novillo a Finito de Córdoba.