Morelia, Michoacán. Poco más de media plaza. Un novillo de Zacatepec y otro de Marrón para rejones. Cuatro de Torreón de Cañas, correctamente presentados, que han mostrado mansedumbre.
La rejoneadora Stefanía Uribe: Palmas tras aviso y vuelta tras aviso.
Isaac Fonseca: Oreja, oreja, oreja protestada y dos orejas.
Detalles:
La dura prueba que tuvo, Isaac Fonseca, de encerrarse en una plaza pequeña como la del Palacio del Arte de Morelia -su natal Morelia- cuyo aforo apenas rasguña los 4 mil asientos y sólo haber podido llenar a duras penas media plaza, dice mucho para visitar urgentemente a la autocrítica y poco para un futuro tan prometedor como el que tuvo hace 2 años.
Isaac ni duda cabe que fue un gran novillero en su formación europea, sólidos triunfos sumó tanto en España como en Francia, fue tan importante su paso novilleril, que su alternativa la adquirió con honores en Dax.
Grave, muy grave error fue que viniera de inmediato a México para hacer campaña sin tener algún argumento para ello, inició en su natal Morelia, en la Monumental, en donde estuvo entre azul y buenas noches. Luego de esta experiencia nada aleccionadora, se dio por pueblear en México, en donde no llenó ni las placitas de los pueblos de Dios.
Los graves errores administrativos de inmediato mostraron una muy intrascendente campaña europea. No fue tomado en cuenta en el 2023 ni en Castellón ni en Valencia ni mucho menos en Sevilla, y en Las Ventas de un cartel importante pasó a uno simplemente cumplidor.
Para septiembre, la crítica francesa sorprendida de cómo ha ido decayendo su expresión, ya hablaba de un torero vulgar que había extraviado el buen camino, lo que se le conoce como torero “ratonero”, desconcertando a todos.
Volvió al camino de pueblear en México con algunas incursiones en plazas de primera que no tuvieron gran repercusión, ni siquiera su confirmación en la Monumental México que no pasó de la medianía; por ello, en este 2024, tampoco irá a Castellón ni a Valencia ni a Sevilla y en Las Ventas fue a dar a un cartel que no pasará a la historia. Se anunciaron los carteles de la Feria de Pascua de Arles y no ha sido tomado en cuenta.
Sí, ha cortado muchas orejas en Morelia, en el pequeño Palacio del Arte, el que apenas pudo llenar medio aforo, pero eso no le consolidará un futuro importante; un océano de orejas por rodillazos, faenas más para la galería que para la solidez y grandeza del toreo. Lo penoso es que es un joven prospecto extraviado en la nada.
¿Algún día entenderá que su administración mexicana le ha hecho un gran daño?
Todo hace ver que no y eso sí que es una pena, porque todo su potencial actualmente adormilado podía perderse por la frivolidad.
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