Desmadejado. Hecho trizas. Sin fuerza para sujetar la muleta montada, pero con el coraje sobrado para salir a ponerse delante de un toro. En Madrid, no en Villatempujo. Con el cuerpo molido como si lo hubiese atropellado un tren —y así era en realidad— pero con la mente despierta para jugar con las pocas cartas …
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