
Nicasio Carbonell. Foto: Álvaro Pastor Torres
Álvaro Pastor Torres.- Más de dos horas de función para sólo cuatro novillos sin picadores, faenas interminables, vueltas al ruedo eternas con un montón de selfies incluidos, cinco orejas y pocas cosas que verdaderamente llamaran la atención. Novillada muy a modo de Osborne, noble y flojita. Manuel Díaz, con oficio, emborronó su dilatada labor con los aceros. El local Nicasio Carbonell, muy arropado por el paisanaje, hizo una faena de menos a más, con demasiadas distancias y rematada por un infame espadazo. Faena muy larga también de Aparicio con todos los tópicos del «toreo moderno». Y bullicioso en los tres tercios el levantino Hugo Masía que venía a sustituir al lesionado en Málaga Daniel Artazos.
Plaza de toros de La Algaba (Sevilla). Domingo 14 de septiembre de 2025. Novillada sin picadores. Segundo festejo del XLVI ciclo de promoción de jóvenes valores de la tauromaquia. Lleno en la zona de carros y casi lleno en la parte de obra. Tarde calurosa. Antes de salir el primer eral se soltaron dos becerras para los alumnos más jóvenes de la Escuela Taurina Municipal de La Algaba. Buena lidia de Luis Germán Navío al 1º. Magníficas interpretaciones y repertorio de la Asociación Musical de La Algaba, dirigida por Carlos Guillén. Al final del festejo salieron a hombros Nicasio Carbonell y Antonio Aparicio.
Cuatro novillos de Herederos de José Luis Osborne Vázquez, correctamente presentados, nobles en general y con poca fuerza. El mejor, el 2º (Distinguido-34, del guarismo 3, burraco) premiado con la vuelta al ruedo.
Manuel Díaz (de Ronda, Escuela Taurina de La Algaba): silencio tras aviso
Nicasio Carbonell (de La Algaba): dos orejas
Antonio Aparicio (de Murcia): dos orejas
Hugo Masía (de Algemesí, Valencia): oreja