Más orejas que contenido en la segunda de La Algaba
Nicasio Carbonell. Foto: Álvaro Pastor Torres Álvaro Pastor Torres.- Más de dos horas de función para sólo cuatro novillos sin picadores, faenas interminables, vueltas al ruedo eternas con un montón de selfies incluidos, cinco orejas y pocas cosas que verdaderamente llamaran la atención. Novillada muy a modo de Osborne, noble y flojita. Manuel Díaz, con oficio, emborronó su dilatada labor con los aceros. El local Nicasio Carbonell, muy arropado por el paisanaje, hizo una faena de menos a más, con demasiadas distancias y rematada por un infame espadazo. Faena muy larga también de Aparicio con todos los tópicos del «toreo moderno».…


