TELEGRAMA TAURINO

Azúcar para una despedida

 Por Enrique Guarner

12 de abril de 1925. Gaona brinda su último toro (fotografía publicada en Mundo Gráfico)

El adiós de Gaona tuvo lugar el 12 de abril de 1925. El ruedo en el que ocurrieron sus primeros éxitos, era también el teatro de la despedida. La plaza había sido engalanada como para los grandes días de fiesta.

El cartel lo formaban tres toros de Atenco y tres de San Diego de los Padres. El alternante: Rafael Rubio «Rodalito», diestro sin relieve, nacido en Badajoz. Lo nombraban el «Gaona español», por la semejanza de fisonomía que presentaba con el mexicano. Sin embrago, ya hubiera querido el que su parecido hubiera sido en la forma de torero y no en el físico.

Rodolfo estuvo aceptable en el primero, que se volvión reservón, al tercero lo banderilleó y con el quinto, que brindó al jefe del estado mayor presidencial, licenciado Alesio Robles y al cronista «Monosabio», le realizó un buen trasteo de muleta, pero falló con la espada.

No quedó satisfecho el leonés con el resultado de su actuación y recurrió al heroísmo de obsequiar un toro que era también de la gandería de San Diego de los Padres. Su nombre «Azucarero», de pinta berrendo en cárdeno y corniapretado. Fue un burel excelente, sobre todo muy suave.

Azucarero de San Diego de los Padres.

Gaona supo aprovechar el dulce. Hizo lucida lidia con el capote y un quite, con una bella larga, al picador Guadalupe Rodriguez, que había colocado un enorme puyazo. En el segundo tercio,el leonés colocó cuatro pares de banderillas, dos al cambio, uno de poder a poder y, por úlrimo, un cuarteo superior.

Brindó en los medios a todo el público y, con la muleta, se hartó de torear a «Azucarero», que se había vuelto de miel. Los pase fueron incontables, llenos de finura. La banda comenzó a tocar la vieja pieza «Las golondrinas» y la porra hacía sonar las campanas de León. Como el «gran indio» derrochara todas las suertes de su arte, el toro llegó aplomado a la muerte, lo que contribuyó a que pinchara cuatro veces y acabara con estocada.

Hubo una estruendosa ovación y Gaona saludó desde los medios. Cuando todo el mundo creía que le leonés todavía estaba en la plaza para recibir el complemento del homenaje, se había marchado sin decir adiós. No obstante, siempre respetó esta retirada y nunca más volvió a torear. Se fué además en plenitud de facultades, cuando nadie podía con él y puso punto final a una vida en la que fué el más artista y elegante.

GUARNER, Enrique. Historia del Toreo en México, editorial Diana, México D.F., 1979. Págs. 189-190

TAUROTECA. Despedida de Rodolfo Gaona con «Azucarero» de San Diego de los Padres (de la película «Yo quiero ser torero»

Publicado antes en «LA RAZÓN INCORPÓREA»

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