MÁS NOTICIAS
Amanhã, sábado: todos os caminhos vão dar a Alcochete!En Aguascalientes…La cruda realidadLa apuesta de Villaseca por La Olivilla: una joven ganadería toledana con sello Osborne5 de Maio: «Popeye Torero e seus Anões Marinheiros» em Pero Negro (Sobral de Monte Agraço)Los toros de Juan Pedro, Garcigrande, Victoriano del Río y Virgen María para la Feria de PentecostésJorge Martínez, novedad en AzpeitiaPaco Ureña, cornada de dos trayectorias toreando en el campo | mundotoro.comRoca Rey, una apisonadora también en México: llenazo y cuatro y un rabo en la Feria de San MarcosManolo Vázquez Gago dará el pregón taurino de Baeza previo a la Corrida del RenacimientoJuan de Castilla, en Grana y OroPalencia, 1955:Marcos de Celis y Antoñete en un festivalUn impresionante Andrés Roca Rey abrió, sin discusión, la Puerta Grande de “San Marcos” tras cortar cuatro orejas y un rabo en AguascalientesUn impresionante Andrés Roca Rey abrió, sin discusión, la Puerta Grande de “San Marcos” tras cortar cuatro orejas y un rabo en AguascalientesEl sábado en Úbeda la gran oportunidad para entrar a la Gran Final del Circuito de AndalucíaJuan Ortega anunciado en Baeza, primero irá a AguascalientesCurro Díaz y su responsabilidad de volver a MadridOntem, 4ª feira: 12.474 leram o «Farpas»!Homenagem a José Lupi: Leonardo Mathias, cabo do GFA do Aposento da Moita, fala-nos da grande corrida deste sábado em AlcocheteCancelado o festival de sábado em Santo António das AreiasVuelta al ruedo general a caballo con un sobresaliente Paco Velasquez
26 abril 2024

.

Yiyo, el corazón roto de un príncipe

ABC

«Pali, ese toro me ha matado». Era la voz apagada de José Cubero «Yiyo» ante su peón de confianza tras recibir una cornada que le partió el corazón. Aquel 30 de agosto de 1985, el torero de Canillejas había cogido la sustitución de Curro Romero en Colmenar Viejo sin saber que el toro que había de matarlo «ya estaba comiendo yerba», añeja frase de miedo que se hizo trágica realidad y que ABC inmortalizó en su portada. Ocurrió en la hora final. Con templada lentitud, se tiró a matar o morir al sexto, «Burlero» de nombre, de la ganadería de Marcos Núñez. Enterró una estocada en lo alto y «Burlero», fenecido en vida, lo prendió por la espalda y hundió su pitón izquierdo con letal saña. Su cuadrilla intentó arrancarle literalmente el puñal hasta que el toro lo soltó y cayó inerte a la arena.

La plaza madrileña se sobrecogió mientras las cuadrillas lo trasladaban con angustiosa celeridad a la enfermería. Estremecieron sus ojos vueltos y encalados, que emprendían rumbo al Más Allá. El percance había sido terrorífico. Los doctores apreciaron desde el callejón la extrema gravedad. Cuando El Yiyo llegó a la mesa de operaciones, no respondió a los estímulos. «Burlero» se había llevado entre sus astas la inolvidable sonrisa de Cubero —de sólo 21 años—, después de realizar una faena colosal, premiada con dos orejas.La noticia corrió como la pólvora. La gente rompió en llanto desconsolado. «Me lo ha matado», dijo su padre quebrado de dolor. Negro parte de guerra: «Rotura por asta de toro, que provoca una parada cardiorrespiratoria irreversible…»
La tragedia recorrió el mundo entero. Yiyo y «Burlero» componían un fúnebre romance, como aquel que Valle-Inclán imaginó para Belmonte: «Sólo te falta morir en la plaza… Para que ni toro ni torero puedan separarse jamás». José Cubero ingresaba en el Olimpo de los dioses que entregaron su vida por un arte al que muchos son los llamados y pocos los elegidos, como reza en la Escuela Taurina de Madrid. Allí se formó «príncipe del toreo», junto a Julián Maestro y Lucio Sandín. «Adiós, príncipe, adiós», tituló Antonio D’Olano una obra en recuerdo.
Cartel maldito
El Yiyo, con geniales condiciones para auparse a la cima pese a no ser valorado lo suficiente por las empresas, se convirtió en leyenda inmortal. Ascendía a la gloria de muchos otros toreros caídos «a las cinco en punto de la tarde»: Sánchez Mejías, Joselito, Manolete o Paquirri. Curiosamente, Cubero había pasaportado a «Avispado», el toro que mató a Francisco Rivera en Pozoblanco. El único superviviente del llamado «cartel maldito» es El Soro, con una dramática situación: próximamente se someterá a su trigésima operación de rodilla con la ilusión de volver a los ruedos, escenario de vida y muerte.
Hoy, en la arena de Colmenar se evocará el sueño roto de El Yiyo. El Cid, Castella y Talavante rendirán su particular homenaje a un joven prodigio que tras conquistar la victoria adivinó la tragedia: «La muerte la llevamos en la cara todos los toreros. Pienso que un cuerno me va a arrancar el corazón. ¿Qué más da?» Palabra de un príncipe coronado rey en la mitología taurina.