En Aguascalientes… Los sonidos de la guerra

Aguascalientes. Sábado 29 de abril 2023. Novena corrida de la Feria de San Marcos 2023. Tres cuartos de aforo Plaza de toros Monumental. Se lidiaron astados de Campo Real desiguales de presentación, débiles, sosos y peligrosos y uno de San Isidro manejable.

Arturo Macías: Resultó lesionado ya no continúo la lidia

Alejandro Talavante: Leves palmas en el que mató por Macías, palmas y leves palmas; oreja en el toro de regalo

Leo Valadez: Silencio, oreja en el que lidió por Macías y al tercio

Detalles:

Destacó en varas el piquero Salomón Azpeitia quien recibió palmas al retirarse tras un buen puyazo

Parte Médico de Arturo Macías:

Lesión tórax derecho debajo de la axila de aproximadamente diez centímetros de longitud en la piel con una penetración de dos trayectorias una hacía arriba disecando el músculo pectoral aparentemente sin lesión penetrante de tórax sin lesión vascular. Es trasladado al hospital MAC. Dr. David Martinez.

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Si guardas silencio podrás escucharlas, si prestas atención percibirás sus sonidos… cada cual vive una a diario, son los gritos de la guerra, lo cruel de las batallas vividas al interno, la lucha hacia los adentros. Auténticas cruzadas las que vive un humano normal como usted, como yo, pero para los toreros dichos combates no solo viven en su mente si no que se materializan en una tarde de toros cuando hay que enfrentar cara a cara a un enemigo que puede salir vencedor.

Hoy en la Monumental Leo Valadez utilizó sus únicas armas, capote y muleta para enfrentar a su destino, pitones peligrosos, embestidas descompuestas que representaron oponentes complicados a los que había que vencer. Mientras que Arturo Macías fue herido en la batalla, tras pelear ante condiciones adversas y Alejandro Talavante poco le vimos en el encuentro en el que había que poner el todo por el todo.

Al toque del tambor salió Leo Valadez toda la tarde, aguerrido, presto a lidiar lo que le pusiera en frente. El corte de una oreja llegó tras lidiar al cuarto del festejo que originalmente le correspondía a Arturo Macías. Leo comenzó con verónicas para luego llevarlo al piquero donde apenas recargó. De muleta rodillas en tierra se lo pasó por alto, de pie cambios de muleta por la espalda y remate de pecho.

La arrucina y a proseguir por derecha ante un astado que tenía mayor movilidad que sus hermanos. Aunque el astado llevaba la embestida arriba, Leo estuvo férreo en pos del triunfo, desde las alturas autorizaron la popular Pelea de Gallos y el torero hidrocálido consiguió ya en las postrimerías algunos pases en redondo, nada fácil la situación puesto que los arreones por parte del burel hubo que sopesarlos, al final se rajó y se fue a tablas. Leo mató de estocada entera ligeramente trasera para que hubiera petición que oreja que le fue entregada.

El tercero de la tarde, primero del lote de Leo Valadez fue un astado justo de presencia al que le dieron poca vara. Quitó por saltilleras vistosas y posterior a ello cubrió el segundo tercio dejando momentos intensos en cuarteos y al violín, contagiando de emociones al tendido.

Tomado de las tablas inició Leo por alto, pero la poca fuerza del burel le impidió hacer estrategias, por derecha queriéndolo pasar, pero ante oponentes así es mejor guardar las banderas. Tristes y patéticas escenas al ver cómo un toro de lidia se echa a la arena sin ser el oponente ideal. Prosiguió Leo por ese lado consiguiendo algunos muletazos en redondo, pero sin que la labor tuviera un cierre victorioso. Muchas fallas con la espada para retirarse en silencio.

El sexto de la función representó para el torero una disputa entre el querer y no tener enfrente a un digno oponente, puesto que le faltó mucha fuerza. En inicio parecía que atendería las peticiones marciales de Leo, pero al sacarlo de las varas donde cumplió y llevárselo a los medios comenzó la desilusión, alguno que otro muletazo lento por derecha rematándolo con el de pecho, otros suaves y cadenciosos pero el astado metía bien la cara los dos primeros muletazos y luego al suelo, cortando el flujo de emociones que comenzaba a formarse en el tendido. Por naturales también quiso conocerlo, solo detalles y pinceladas sin romper del todo, se metió entre los pitones poniéndose en zona minada, pero hasta ahí. Otra vez muchas fallas con la espada, tres pinchazos y entera trasera para que la gente reconociera su esfuerzo y lo invitara a saludar en el tercio.

Alejandro Talavante le tocó un lote difícil, el primero muy justito de presencia que apenas recargó en varas y que fue, débil, soso y peligroso. Talavante quiso pasárselo por derecha pero los feos arreones se lo impedían, mejor a otros menesteres y abrevió, dejando estocada trasera y caída para irse entre palmas.

Su segundo sin emplearse desde inicio, en varas empujó al peto con los pitones hacia arriba, manteniendo esta característica durante toda la faena. Con la tela roja consiguió derechazos rematados por alto y la misma condición. Talavante no insistió más y se fue por la espada para dejar media trasera e irse entre leves palmas.

El regalo de Talavante fue de la ganadería de San Iisidro al que recibió con un farol de pie. Luego chicuelinas a manos bajas y remate con el envés del capote. En varas el piquero Salomón Azpeitia tuvo destacado puyazo, en el que cumplió. Otra vez la fuerza en el oponente hacía que todo bajara de nivel, de muleta algunos derechazos a media altura y detalles aislados sin tener una labor arrojada, solo eso, detalles y se acabó. Mató de entera ligeramente caída y le fue entregada una oreja.

Arturo Macías en el único toro que lidió, lo recibió con larga de rodillas junto a tablas, el astado nunca se empleó en las capas. Macías quitó por gaoneras, chicuelinas y revolera. En varas apenas empujó. Ya en el tercio final Macías lo llevó a los medios, el astado siempre fue con la cara arriba, pegando arreones desprendiéndole de sus avíos, hubo que mantenerlo sin bajarle la mano. Cuando se disponía a seguir por el lado diestro, al astado le faltó emotividad y le sobró mucho peligro puesto que le prendió en escena aparatosa de la cual se repuso y prosiguió en las cercanías hasta que el astado pegó un arreón y le prendió por la axila. Visiblemente mal herido se retiró a la enfermería de la que ya no salió a matar su primer astado. Talavante lo pasaportó dejando estocada trasera muy tendida y escuchar palmas.

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