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28 abril 2024

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Paquirri: A 39 años de la tragedia en Pozoblanco

*** Conozca cómo fueron las últimas horas de aquella infausta presentación

por: Víctor Ramírez “Vitico”

La última puerta grande de Paquirri fue en Valladolid, el 18 de septiembre de 1984, tras cortarle dos orejas a toros de Jandilla y Atanasio Fernández, alternando con José María Manzanares y Roberto Domínguez. Venía de lidiar en solitario el día 16, seis toros de Diego Puerta en Dax, cortando sólo una oreja.

Antes de la caída final enlazó paseíllos en Jerez de la Frontera el 23/09 y Logroño el 25/09, paseando ambas tardes un trofeo; en esta última alternó con Luis Francisco Esplá y Vicente Ruiz “El Soro” por quien sentía especial cariño; incluso se dice que quería apoderarlo una vez retirado.

Tras una noche de viaje, llegó en la madrugada a Pozoblanco, hospedándose en el hotel “Los Godos” en la habitación 307. El torero durmió hasta las diez de la mañana, se duchó y bajó al hall a las once; estaba relajado, tranquilo. El festejo para Paquirri (al igual que Joselito en Talavera) no le despertaba un ápice de inquietud. La corrida de Sayalero y Bandrés era, al decir del hombre de confianza del maestro: Juan Carlos Beca Belmonte, “chiquita y bonita”. Paquirri se encontró de primero a su picador Rafael Muñoz, al que dijo: “Buenos días, Rafael. ¿Todo bien? Enorme Paco, responde Muñoz a lo que el diestro agrega: “Buena temporada hemos echado, ¿verdad? Ni un solo percance… ¿Ha llegado todo el mundo? Ahí abajo estamos le dice su varilarguero. El torero tenía una gran alegría por ser la última corrida del año; por cierto, en un principio no debía torear pero accedió para complacer a su amigo Diodoro Canorea, aparte que el año anterior había tenido en esta plaza un gran triunfo al cortar cuatro orejas y un rabo de toros de Carlos Núñez.

Una tortilla de patata, flan y agua, fue la postrera comida del maestro, que luego se lo pasó en grande jugando una partida de cartas en las que ganó a sus hombres. Incluso durante la comida se mostró muy comunicativo, hablando de sus planes, del viaje a Caracas que iba a hacer, cosa que asombraba a los miembros de la cuadrilla, verle tan distendido. La partida de cartas la cortó el mozo de espadas, Ramón Alvarado con un “Paco, es la hora”.

Vestido de azul cobalto y oro, hizo Paquirri su último paseíllo el 26 de Septiembre de 1984; alternó con José Cubero “Yiyo” y Vicente Ruiz “El Soro”. Cortó la oreja de su primero, a pesar de cierta frialdad del público, toro que brindó a Manuel Díaz “Manolo”. Diodoro Canorea se subió al palco de chiqueros, allí pudo ver por la trampilla de chiqueros a “Avispado” y comentó lo astifino que era con Jesús Jiménez Torres. “Avispado”, cuarto de la tarde, era negro, número 9, dio en canal un peso de 236 kilos. Paquirri le toreó a la verónica incluso mirando al tendido, sonriendo. Al llevarlo al caballo, en el segundo capotazo vino una voltereta tremenda y una cornada horrenda, con muchos destrozos en el muslo derecho. Muy afligido, el ganadero Juan Luis Bandrés  estaba cerca del patio del desolladero, sin atreverse a ir a la enfermería. Al oír los látigos de los mulilleros que arrastran a “Avispado” se incorpora y le dice: “Maldito, maldito seas” y ordenó a los carniceros que no se conservara nada del astado. Aunque hay la creencia que los pitones del toro aún existen.

Tras decidirse el viaje a Córdoba, luego de  una cura de urgencia, los momentos en la enfermería quedaron para la posteridad en un video que dio la vuelta al mundo. El anestesista, doctor Francisco Funes acompañó al moribundo espada. El viaje a cargo del chófer Francisco Rossi fue dramático, curiosamente tres Franciscos unidos por la tragedia. Paquirri empezó a inquietarse a mitad de viaje, el anestesista le puso oxigeno el cual se quitaba a veces el diestro, que sudaba copiosamente. En palabras del doctor, Paquirri tuvo un comportamiento ejemplar, soportando el mucho dolor que debía sentir.

Poco antes de llegar al hospital militar cordobés, perdió el conocimiento el cual nunca más recuperó, sufriendo un paro cardíaco. Francisco Rivera Pérez “Paquirri” caía como uno de los más grandes, convirtiéndose en leyenda…

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