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11 mayo 2024

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En Aguascalientes…En pos del beso del arte

Novena corrida de la Feria de San Marcos 2024, Plaza de toros Monumental, tres cuartos de aforo. Se lidiaron astado de Los Encinos, muy justos de presentación, sosos y débiles. Destacó el lidiado en sexto sitio que escuchó palmas en el arrastre.

José María Manzanares: Silencio y vuelta al ruedo

Isaac Fonseca: Leves palmas y oreja

Arturo Gilio: Silencio y dos orejas

Detalles:

El subalterno Gustavo Campos puso punto final a su destacada trayectoria como torero de plata, en emotivo momento le cortaron la coleta y dio merecida vuelta al ruedo entre las notas de las golondrinas. Se va en facultades, se va en torero.

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¿Por qué vamos a una plaza de toros?

Quizá somos buscadores incansables de tesoros, locos aferrados a sentir, amantes de lo efímero, almas que esperan salirse del propio cuerpo con un olé y encontrarse en el aire con otro espíritu que vibre igual que nosotros.

Y es que regresamos año con año a una feria que unas veces nos da gotitas de miel, dulces, suaves, sabrosas, pero la mayoría del tiempo nos la cambia por la hiel, el amargor o el sin sabor, pero volvemos, ahí estamos, somos los expectantes, los deseosos, los anhelantes de ver una faena que nos lleve al éxtasis, siempre en pos del beso del arte que nos haga despertar del letargo.

Esta tarde en la Monumental vivimos un poco de las dos cosas, primero la mansedumbre y la falta de presencia de la mayoría de los astados de Los Encinos, que llegan a rayar en lo desesperante y claro en lo impresentable. Se une el exceso de premiación que como siempre no aporta, sino todo lo contrario

Por otro lado, Manzanares nos dio a probar del pomo de su esencia, uno que sabe a elegancia, a clase, a finura. Gilio con su frescura y buenas maneras nos hace soñar en el futuro y Fonseca aún no termina por enamorar a la afición y a pesar de haber estado pundonoroso la gente le exigió.

José María Manzanares tiene la llave del cofré y sabe cómo, cuándo y dónde abrirlo. El segundo fue un anovillado astado que fue pitado hasta hacer que el juez lo regresara a los corrales, en su lugar saltó a la arena Pegajoso que era un poco mejor presentado, pero que también tenía poca fuerza. En varas apenas le señalaron el puyazo. Con pases por alto comenzó Manzanares y el astado doblaba las patas delanteras, lo sacó de las tablas tratando de sopesar con la desesperante debilidad. Por derecha tandas a mediana altura, lentas y rematando por alto. Los naturales llegaron delicados y serenos, como el beso deseado. Los cambios de mano por delante y los remates que hicieron que la afición despertara poquito a poco de la noche oscura.  Regresó a la diestra tocándolo, atrayéndolo, la tanda por ese lado, los toreros cambios, y el forzado de pecho más largo y sentido hicieron que el rubor llegara a las mejillas. Pero entró a matar recibiendo y dejó estocada contraria muy, muy caída. Esta vez y a pesar de las fuertes peticiones de oreja, el juez Matador César Pastor, se guardó la oreja, lo palmeó en la plaza la afición y se lo aplaudo ahora. Manzanares dio una muy merecida vuelta al ruedo con sensaciones de triunfo.

A su primer astado lo recibió por verónicas. Luego apenas si le señalaron el puyazo, de donde salió ya muy débil. Pocas fueron las opciones, alguno que otro natural lento, pero el astado se iba de la reunión, otros tantos a media altura que no llegaron a encender la mecha. Mató de varios pinchazos y entera caída para irse en el silencio.

Arturo Gilio nos hace sembrar esperanzas, el joven posee trazos delicados, así lo dejó de manifiesto en el sexto del festejo, uno que tenía un par de pitones astifinos, pero de pocas carnes. Apenas si empujó en varas. Gilio quitó por gaoneras, revolera y brionesa, el astado tenía más movilidad que sus hermanos. Cubrió el segundo tercio con ímpetu, pero sin colocación. Rodillas en la tierra se lo pasó por alto en tandas acaloradas. Ya de pie lo pasó por derecha a media altura, tenía poquita fuerza y Gilio la aprovechó, sobre todo por naturales estéticos y remate de pecho largo como la espera del amante. Por derecha en un principio no encontraba la formula, pero poco a poco lo fue metiendo a su muleta y en redondo hasta lograrlo. Sonó la pelea de gallos en las alturas y Gilio eslabonaba poco a poco una faena serena a un astado noble y repetidor. Pero lo bien hecho se topó con el mal uso de la espada, puesto que dejó estocada entera, trasera y caída. Primero se le otorgó una oreja, hasta ahí hubiera estado todo bien, pero la gente insistió en pedir la segunda y finalmente Pastor cedió y llegó el segundo apéndice que en honor a la verdad ya estuvo de más.

Su primer astado, ese mejor presentado pero débil y soso como él solo. Gilio comenzó su labor por bajo ante la debilidad, intentando hacerlo pasar por su muleta, pero ahí no encontraría a quien amar. Terminó rajándose, muy parado y el torero se quedó en intento de conquista fallida. Mató de media caída para irse en el silencio.

Isaac Fonseca la tuvo en contra desde que saltó a la arena Mulerito que recibió fuertes protestas por su escasa presencia, mismas que el juez ignoró y a la postré se lo cobraron al torero. Fonseca brindó su actuación a Gustavo Campos, en honor a su camino bien andado. De muleta las protestas no pararon. Con la derecha inició en muletazos aun sin acoplarse del todo, le prendió por el muslo sin consecuencias y regresó a la cara con deseo, llevándole por la diestra a mitad de altura, le cambió los terrenos y ese pitón seguía al pendiente de él. Unas tandas más por derecha sin mucha trascendencia, la afición hasta el final le recriminó muchas fallas con el acero. Para el torero palmas leves y para el toro pitos en el arrastre.

Oyepoco se llamó el quinto del festejo, también para Fonseca, otro de muy poca presentación y que tampoco peleó en el caballo, del cual salió débil. Quiso llamar su atención al aventarle la montera, pero ahí no había nada de caricias correspondidas, él tuvo que asistir hasta su jurisdicción para hacerlo pasar por su tela y acortarle las distancias, pases por la espalda, por alto y el desdén. Lugo más pases por ambos lados, unos bien estructurados y otros sin el calado en el tendido. Fonseca esforzado, pero extendiendo la labor, dejó estocada entera trasera y caidilla para que le otorgaran una oreja que provocó protestas. Para los restos del burel se escucharon palmas

 

 

 

 

PUBLICADO ANTES EN https://torosenelmundo.com/